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Naturopatía

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Lunes, 4 de Febrero del 2002   

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Posibilidades de la nutrición en el género humano (II parte)


Dentro de la variedad nutricional, las modalidades más controvertidas de dieta, pero, a la vez, las más utilizadas son aquellas que promueven la depuración y la pérdida de peso.

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Una de las asociaciones más rápidas entre alimentación y salud pasa por las dietas de control de peso ( ver imagen 1 ). Este campo de la dietética es el más conocido y aceptado actualmente en occidente debido a los problemas de la sobrealimentación; pero también es el más polémico y el que encierra mayor peligro y fraude.

A la hora de realizar una dieta de adelgazamiento surgen múltiples propuestas, aunque todas, o la gran mayoría, proponen la reducción del aporte calórico (dieta hipocalórica). Podríamos clasificarlas en función del aporte en dietas hipocalóricas:

- De muy bajo contenido energético (<600 kcal/día). Se aplican durante cortos periodos de tiempo,

- De bajo contenido energético (~1000-1200 kcal/día). Permiten la pérdida más progresiva y se pueden aplicar durante mayor tiempo sin perjuicio de la salud del paciente.

Y en ambos casos pueden ser equilibradas o no-equilibradas. Las equilibradas conllevan la reducción en el consumo calórico, pero no implican la exclusión de ningún nutriente concreto. Las no-equilibradas, en cambio, excluyen completamente algunos nutrientes (generalmente, principios inmediatos: hidratos de carbono, proteínas o lípidos) o lo reducen drásticamente. Dentro de las no-equilibradas se podrían incluir la monodieta, la dieta disociada, la cetogénica, la hiperproteica, etc. Estas últimas suelen ser de corta duración, a veces asociadas a tratamientos depurativos (como la monodieta de frutas o el semiayuno).

La dieta disociada separa la ingesta de hidratos de carbono, de prótidos y de lípidos; o bien, intenta conseguir la combinación de ellos menos problemática en el aumento de peso. Intenta manipular el proceso metabólico para dirigirlo al balance negativo (pérdida de peso), haciéndolo menos eficaz. Incluye normas de combinación de alimentos, evitando la mezcla de determinados tipos de nutrientes. Es decir, se cree que el origen del sobrepeso pasaría por una inadecuada combinación de los alimentos.

Entre las dietas de adelgazamiento más conocidas se incluye la dieta Montignac, ideada por el doctor del mismo nombre. Propone una dieta mezcla de hipocalórica, cetogénica y disociada. A grandes rasgos, se trata de ingerir un solo tipo de alimento por comida. La misión es segregar poca insulina a fin de que el organismo recurra a las grasas almacenadas. Insiste ante todo en evitar la mezcla de hidratos de carbono con proteínas.

Y por último la dieta intuitiva que propone aprender a comer respetando la intuición y los gustos primordiales (dentro de unos límites obvios). Investiga acerca del origen de nuestra alteración, aprendiendo a reconocer el punto de saciedad y los mecanismos emocionales que desencadenan el sobrepeso. Parece ser realmente útil en la dieta de mantenimiento, tras el adelgazamiento.

La no dieta: ayuno

Sabemos de la importancia de comer y la palabra ayuno suele suscitar temeridad. Es cierto que durante el ayuno el cuerpo entra en un estado metabólico que puede ocasionar problemas, si el ayuno se realiza de forma incontrolada o inadecuada. Pero también permite al organismo liberarse de toxinas, siempre y cuando se realice en las circunstancias adecuadas y no se prolongue durante demasiado tiempo. Las alteraciones metabólicas más importantes hacen referencia al aumento de la acidosis orgánica (debido al catabolismo de los cuerpos cetónicos y de los ácidos grasos), a la pérdida de masa muscular (proteínas) e iones (potasio, etc.).

Parecen de más utilidad y de menor peligro, las monodietas o el semiayuno, en los que se permite aumentar el tiempo de seguimiento de la dieta, debido a que contempla la ingesta de una baja cantidad de alimento, normalmente frutas, zumos de frutas o caldos de verdura, que impiden sobre todo la pérdida de iones; aunque peligra la cantidad de proteína necesaria.

Tanto en el caso de ayuno como de semiayuno, el paciente es el que decide llevarlo a cabo, el naturópata cumple una función informativa, aconsejándole en cuanto a la época, momento, variedad y duración más adecuados según sus circunstancias. Esto es muy importante puesto que hay personas que por sus características no pueden seguir un ayuno completo, o pueden tener más problemas que el resto: diabetes, algunas enfermedades graves o psicológicas, etc.

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