naturmedicapro.com - El tanque de flotación: propiedades y beneficios (II parte).

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Lunes, 7 de Octubre del 2002   

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El tanque de flotación: propiedades y beneficios (II parte).


Los beneficios de los tanques de flotación son múltiples, tanto a nivel mental como físico, y cada uno de ellos constituye una parte integrante de un solo beneficio importantísimo llamado homeostasis, ya que, en ellos, todas las partes de nuestro cuerpo interactúan para lograr un profundo estado de relajación, equilibrio, armonía y estabilidad.

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LA SESIÓN

Una ducha rápida, tapones en los oídos para evitar que las sales de Epsom cristalicen en el conducto auditivo externo ver imagen 1 , y nuestro cuerpo se introduce en el agua tibia del tanque, quedando inmediatamente rodeado por una espesa capa de silencio y oscuridad.

Todos los controles que manejan el tanque están al alcance del usuario ver imagen 2 , pues uno mismo puede acceder a la apertura de la puerta desde dentro e, incluso, puede encender una suave luz interior en el caso de sentir algo de claustrofobia. No hay riesgos de electrocución pues no hay corrientes eléctricas en contacto con el agua y las sales de Epsom, además de otros métodos, mantienen al máximo el nivel de higiene que precisa esta técnica.

Una vez superados todos estos temores, uno debe entregarse a la experiencia de la flotación para beneficiarse de todo lo que ésta nos puede aportar.

LOS BENEFICIOS DEL TANQUE DE FLOTACIÓN

Desde que se creó el primer tanque de flotación hasta la actualidad, se han realizado diversos estudios para investigar los beneficios que nos aportan. Éstos son múltiples, tanto a nivel mental como a nivel físico, y aunque ellos en sí mismos no son una herramienta médica curativa, sí que representan una ayuda importante como complemento a diversos tratamientos y como generadores de bienestar y relajación profundas.

Por las características de estos beneficios, podemos concluir que flotar nos lleva a un estado óptimo de homeostasis, ya que todas las partes de nuestro cuerpo interactúan para lograr un profundo estado de relajación, equilibrio, armonía y estabilidad.

Por homeostasis entendemos el equilibrio relativo en el medio interno del cuerpo, mantenido de manera natural mediante respuestas adaptativas que promueven la conservación de la salud. Diversos mecanismos sensoriales, de retroalimentación y de control, actúan para mantener este estado constante.

Algunas de las funciones controladas por mecanismos homeostáticos son los latidos cardíacos, la hematopoyesis, la tensión arterial, la temperatura corporal, el equilibrio electrolítico, la respiración y la secreción glandular.

A continuación expondremos, separadamente, los beneficios principales obtenidos al flotar. No podemos citarlos todos porque sería una "historia interminable". Pero sí queremos insistir en que cada uno de ellos constituye una parte integrante de un sólo beneficio importantísimo llamado homeostasis.

LA FALTA DE GRAVEDAD

Básicamente, los beneficios físicos derivan de la ingravidez, la relajación profunda que ésta comporta y las respuestas corporales que desencadena.

La gravedad forma parte de nuestras vidas. Nuestros cuerpos crecen, maduran, adquieren volumen y quedan atrapados en la Ley de la Gravedad. Es algo normal, algo a lo que estamos acostumbrados.

Pero, no por ser un factor usual quiere decir que sea el entorno humano más idóneo. Cualquiera que sea la fuerza escondida tras la evolución, siempre nos ha empujado en una dirección: hacia arriba, como intentando escapar de la fuerza de la gravedad.

Sabemos que los efectos prolongados de la ingravidez son semejantes a los de la permanencia en cama (atrofia de los músculos antigravitatorios, osteoporosis o hipotensión ortostática), pero en este caso, no hablamos de largos periodos de ingravidez, sino de pequeños momentos que se pueden repetir asiduamente.

Nuestra postura vertical es única, pero cuando corremos, andamos, permanecemos de pie o nos sentamos, ésta nos proporciona una zona de contacto entre nuestros cuerpos y la tierra muy limitada, lo cual estresa a nuestro cuerpo más de lo que está preparado para resistir.

Por ejemplo, al correr, la presión gravitacional del cuerpo es lanzada hacia delante focalizándose, con cada paso, en un pequeñísimo espacio, por lo que se crean miles de Kg de presión por cm2 de superficie de contacto.

Incluso el mero hecho de permanecer quietos en bipedestación nos causará una enorme presión gravitacional que se concentrará en las plantas de nuestros pies y en la columna vertebral.

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